miércoles

Sin decir adiós

Y un buen día
así, sin más
el muchacho no volvió

No se le volvió a ver en los prados de la universidad
ni en las cafeterías del centro
ni en las carreteras y colinas que circundaban la ciudad

No volvió a contestar el teléfono
ni volvió a escribir cosas en su blog
ni contestó un solo email más.

No dijo nada
ni se despidió de nadie.
Simplemente un día
¡puf!
no volvió
Se fue.
¡kaput!

Se marchó cantando
con una sonrisa y una lágrima
tatuadas en su corazón.

Su gente; que no volvió a verle
ni supo ni el día ni la hora de su partida
lo entendió todo al momento.
Y también sonrió.
(con él y por él, sonrió)

No dijo nada.
Simplemente un día
¡puf!
Se fue sin decir adiós.